lunes, 6 de febrero de 2017

Una Mina en Palo Quemado

por: Víctor Hugo Torres Egas

Pocos vestigios quedan de lo que un día fue la “Mina La Plata”. Nada indica que allí hubo un campamento, oficinas administrativas, consultorio médico, trabajadora social, almacén y otros servicios como piscina, canchas y sauna.  Todas esas instalaciones eran de propiedad de Minera del Toachi, una empresa con accionistas de Finlandia, Alemania y Perú que se juntaron para explotar una mina ubicada en el sector de Palo Quemado.
Su apogeo duró seis años, comprendidos entre 1977 y 1983, en los que llegaron a explotar un promedio de 150 toneladas diarias de una pasta que contenía cobre, plata, oro y zinc que eran exportadas por el puerto de Esmeraldas. La actividad terminó abruptamente con el abandono de los ejecutivos de la empresa. Un día salieron de vacaciones de navidad y no regresaron nunca más. Desde Perú argumentaban que prefieren abandonar las instalaciones, los tractores, vehículos, camiones, a vivir en ese ambiente enrarecido que se sentía en la relación con el sindicato y comité de empresa. Públicamente dijeron sentirse acosados  por la permanente presencia de dirigentes laborales que incitaban a acciones de hecho. Que varias veces fueron impedidos de utilizar los vehículos, por lo que debieron caminar los 15 kilómetros que separaban a la mina del recinto La Unión.
La envergadura de la empresa podría considerarse de nivel medio, puesto que llegó a tener 200 trabajadores de campo, 60 obreros de la planta y 40 administrativos. Las organizaciones asumieron el control de la empresa. La venta de los bienes formó parte de su liquidación.

De los cinco técnicos que estaban al frente de la mina, el Ing. Luis Núñez se quedó entre nosotros; de los obreros, Segundo Guerrero ingresó al Municipio. Ellos son testigos vivientes de este capítulo semi olvidado de la historia de nuestra región.

Artículo publicado en diario La Hora Ecuador Santo Domingo 5 de febrero de 2017

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