martes, 7 de febrero de 2012

La Concordia es parte de la región de Santo Domingo de los Tsachilas

Con el resultado de la Consulta en la Concordia se cierra el proceso de Provincialización de Santo Domingo. Es sin duda un triunfo de la perseverancia en la que tiene un papel destacado la participación popular.



Planteada la idea hace mas de cuarenta años, el comité sugería para la nueva unidad territorial el territorio de la zona de colonización, lo que despierta celos de nuestros vecinos, que se ponen a la defensiva. La primera ruptura de la región homegénea la ocasiona justamente una disputa territorial entre Quito y Manabí que se zanja con la creación de los Cantones Santo Domingo y El carmen, el primero para Pichincha y el segundo para Manabí, en un reparto que para los gobernantes aparece como natural. La ruptura continua con la cantonizacion de Puerto Quito, Pedro Vicente y Los Bancos.


Pese a lo descrito, la indefinición limítrofe de Santo Domingo se mantiene en varios tramos y con todas las provincias colindantes, inclusive con el propio Manabí, lo que representaba obstáculos para la propuesta de provincialización. Se hicieron necesarias varias iniciativas para ir cerrando el polígono, lo que determinó la necesidad de conversar con los vecinos e ir suscribiendo acuerdos de los cuales existen actas que dan testimonio del trabajo promovido por el Comité de Provincialización. Sin embargo, el problema con Esmeraldas se volvió crónico, puesto que para ellos no servía ni siquiera un pronunciamiento legal del tribunal de máxima instancia que fijaba los limites entre las dos provincias. En esas circunstancias el problema se volvió politico y solo podía tener una salida politica.



Obligados por el marco legal vigente hasta hace poco, el trámite de Provincialización debía indefectiblemente pasar por el Congreso Nacional, en el que se expresaban los intereses de las diferentes provincias y en donde eventualmente podíamos contar con diputados aliados, pero teníamos como acérrimos opositores a los representantes de Pichincha y Esmeraldas. Este circulo vicioso se rompió cuando la constitución del 98 incluyó la posibilidad de consultas populares para dirimir temas de interés, facultad de la que se aferró Santo Domingo para exigir que se aplique en nuestro territorio. Esa era la oportunidad politica que estabamos buscando.

El resto es historia reciente; sacados del problema los tradicionales contendores, lease Pichincha y Esmeraldas, tuvieron que convocar exclusivamente a los pueblos de Santo Domingo y de la Concordia para que expresen su voluntad y allí están los resultados. Hoy somos provincia de la patria y La Concordia es un flamante Cantón, con lo que se inicia una nueva etapa en la historia de estos pueblos.

Ahora el reto es buscar el desarrollo para lo cual debemos afinar nuestras instituciones públicas y privadas y ponernos a la altura de las circunstancias. Nuestra Provincia tiene inmensas potencialidades pero es indudable que el punto de partida es bajo, por lo que se impone redoblar esfuerzos. El siguiente capítulo de esta historia sin lugar a dudas será de ventura, porque nos corresponde ser protagonistas. Allí está la gran responsabilidad y el desafío.


Victor Torres Egas