lunes, 13 de febrero de 2017

Lo que quedó de un sueño

por: Víctor Hugo Torres 

Los  pioneros en la construcción de esta ciudad tienen el mérito de haber sentado las bases de nuestra institucionalidad. Soñaron mucho pero trabajaron duro para concretar sus sueños.  Uno de esos logros fue resolver el problema de la energía eléctrica que demandaba la naciente  ciudad que se iluminaba con faroles en sus postes, lámparas a kerosene en las casas y con lámparas Petromax en sus locales comerciales. Un primer salto lo dio un empresario cuando decidió adquirir un generador y vender luz a sus vecinos.

Sin duda que la falta de energía frenaba el desarrollo, por lo que se hacían gestiones ante el gobierno y en el extranjero. Finalmente se halló eco en una Cooperativa de Kentucky, Estados Unidos, que se ofrecieron a replicar su  experiencia. Con ese referente y con su apoyo material, se inició la organización de la Cooperativa de Electrificación Rural Santo Domingo Ltda. que alcanzó un éxito rotundo al brindar servicio a toda la región. Cada persona que tenía un medidor a su nombre era socio de la Cooperativa, de tal manera que en su apogeo, pasaron de treinta mil sus miembros.  Sin duda la Cooperativa de electrificación es el mayor logro tangible del esfuerzo colectivo a juzgar por el servicio que brindó y por el patrimonio que llego a acumular.

La llegada del Sistema Nacional Interconectado marcó su fin. Inecel absorbió a la Cooperativa y por alguna extraña razón entregó su patrimonio a la Cooperativa de Producción Santo Domingo Ldta, constituida con alrededor de treinta miembros. Esa entidad inició la construcción de un Centro Comercial que nunca funcionó y finalmente fue adquirido por el Municipio. Cuando pase frente a la biblioteca Municipal puede admirar lo que quedó de un gran esfuerzo colectivo que se liquidó en manos privadas.


Artículo publicado en diario La Hora Ecuador Santo Domingo 13 de febrero de 2017

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