por: Víctor Hugo Torres Egas
@torresegas
Para 1963 el pequeño poblado de
Santo Domingo ocupaba las tierras limitadas al norte por el Pupusa y al sur por el Pove. Por el este, terminaba
en el Banco de Fomento y por el oeste, en el cementerio, cerca de la "Y" del
colorado. A unos pasos estaba el Flu Flu. Todo a su alrededor eran fincas cultivadas. La
gran cantidad de población llegada de manera abrupta, tenía dificultad para
encontrar albergue. En ese año, un grupo de gente se organizó para enfrentar el
problema; fijaron una hora de la noche
en la que armados de palos y machetes, decidieron cruzar el Pupusá en busca de
un sitio para construir sus viviendas.
Sabedores de la noticia, los
comerciantes que hacían sus actividades en la calle Ibarra y 29 de Mayo decidieron
hacer coincidir esa misma noche para tomarse las tierras del campo deportivo,
de manera que un buen día, Santo Domingo amaneció con la novedad que nació la
Cooperativa Padres de Familia Pobres y que la cancha era el mercado Unión y
Progreso.
Don Efraín Pacheco y Don Carlos
Obando eran aficionados al deporte, Don Efraín inclusive era dirigente de algún
club y de la Liga Parroquial, por lo que no dudaron en acudir a salvar el
estadio. Ofrecieron un espacio para que los comerciantes hagan allí su mercado.
Los comerciantes argumentan lejanía, falta de acceso y sugieren mejor una
“Permuta”. El estadio se hará al otro lado del Pove, y el mercado ocupará la
cancha. Así comenzó la primera regeneración urbana,
impuesta por el ritmo del crecimiento de la ciudad. Posteriormente se reubicó
el cementerio para dar paso a la terminal interparroquial.
La ciudad sigue creciendo y se
siente la necesidad de nuevos cambios, que habrá que pesarlos detenidamente,
ahora basados en la planificación.
Artículo publicado en diario La Hora Ecuador Santo Domingo 12.12.2016
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