por: Víctor Hugo Torres Egas
La carretera Aloag-Santo Domingo forma parte de la red vial que debe estar a cargo del Estado central, por lo que desde su inauguración en 1963 hasta fines de los años 90 estuvo a cargo del MOP. Eran años de vacas flacas por lo que su mantenimiento era precario, al punto que vimos con agrado la decisión del Consejo Provincial de Pichincha de asumir el compromiso de mantenerla operativa e inclusive ampliarla. Su financiamiento se aseguraba con la implementación de sendos peajes; con el paso del tiempo se vio que la medida empezó a dar resultado, ya no había los baches que caracterizaban a esta carretera, apareció señalización y muchas partes fueron ampliadas a cuatro carriles, lo que constituyó un alivio para los miles de usuarios que veían disminuir los riesgos.
Justo cuando ese problema estaba
solventado, Santo Domingo obtiene su provincialización. Quizá entonces lo que
convenía era pedir adherirse a ese contrato
a fin de dejar constancia que se mantenía la obligación de trabajar en los 98
kilómetros, 28 de los cuales estaban dentro de la naciente provincia, y asunto
terminado, pero el GAD Provincial prefirió marcar distancias y muy altivo y
soberano pidió que retiren el peaje y solicitó la competencia al Gobierno
central.
Esa es una cuestión que debería
ser explicada por nuestro Prefecto. Luego de haber contribuido por muchos años
para que el contrato se cumpla, hoy se anuncia que empezamos desde cero. Vamos
a hacer los estudios y vamos a concesionar esa vía a una empresa constructora
que se financiará con un nuevo peaje. Alguien salió ganando con esta jugada,
faltando por establecer si es Pichincha o es la empresa contratista; lo único
seguro es que salió perdiendo Santo Domingo, porque los costos serán mayores y
deberemos esperar las calendas griegas.
Artículo publicado en diario La Hora Ecuador Santo Domingo 21.11.2016
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