por: Víctor Hugo Torres Egas
Nada es estático, todo está en
permanente cambio, es un axioma que se hace mucho más evidente en materia
social. Si revisamos nuestras Constituciones nos podemos dar cuenta de que lo
que un día fue una certeza, tuvo que ceder frente al empuje de la sociedad.
La Constituyente de Montecristi
solicitó aportes para la redacción de la nueva Constitución y desde Santo
Domingo se propuso una nueva forma de estructuración del GAD Provincial. Hasta
hace poco, los Consejeros eran elegidos de una lista propuesta por los partidos
políticos lo que daba como resultado una falta total de representación
territorial. En nuestro caso, la gran mayoría eran representantes de Quito y
por “chiripazo” un colorado podía ser Consejero.
La actual conformación del
Consejo Municipal es un tema para pensarlo. La ley de Partidos le concede a un
grupo político la exclusividad de proponernos las listas de entre las que
debemos escoger. El resultado final es que tenemos un cuerpo colegiado
desconectado totalmente de la sociedad, que no representa a nadie, que no
legisla, que no fiscaliza y encima, que perdió el altruismo que le daba su
condición de voluntario. Por qué no pensar en que el Concejo Municipal esté
integrado por gente que viene de procesos organizativos, que tiene a quien
darle cuentas de lo que hace, que está conectado con la realidad, que conoce la
problemática de su sector?
Es viable un Concejo Municipal conformado
por representantes de los comerciantes formales y autónomos, de los Ganaderos,
de los agricultores, de los gremios de Profesionales, de los educadores, de la
Casa de la Cultura, de los campesinos, etc.? Por lo menos en términos de representación
sería mucho más legítimo. Parecería una buena forma de entrelazar a la sociedad
organizada con su forma de gobierno, que
hoy caminan por separado.
Artículo publicado en diario La Hora Ecuador Santo Domingo 30.10.2016
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