lunes, 9 de mayo de 2016

Que no desmaye


Se calculan por miles los que se quedaron sin viviendas luego del sismo; solo en nuestra provincia se calculan quinientas casas que hay que reponer. Lo lamentable es que muchos no estarán en la lista de beneficiarios de las entidades del estado, por lo que están abocados a apelar a sus propias fuerzas para superar el problema.  

Detrás de cada damnificado hay una historia; les comparto dos casos en San Jacinto del Búa.  Don Simón, un hombre de la tercera edad, vio cómo a pocos pasos de él su compañera era aplastada por una pared de bloque que le quitó la vida. Patricio, un joven de veinticinco años, casado y con una niña de tres, apenas alcanzó a salir de la casa que acababa de inaugurar, para ver cómo se derrumbaba, cual castillo de naipes.

Cada uno por su lado, ahora vive en una covacha construida de manera emergente con caña y cubierta de plástico. Una casa definitiva es urgente en ambos casos.


Foto del 12 de mayo del 2016 de una de las casas en reconstrucción.
Fuente:Arq. Víctor Torres

La Junta Parroquial canalizó la ayuda de un grupo de voluntarios de Santo Domingo que se juntan a las familias de los damnificados y emprenden una minga. Ya se cuentan con los planos y la lista de materiales. La casa de Don Simón será grande, puesto que viven cuatro familias; la casa de Patricio será suficiente como para los esposos y su pequeña hija, aunque se ha previsto que su joven esposa pueda tener un hijo más. No serán de lujo, pero seguro serán muy cómodas.  Don Simón tiene hijos en otras ciudades que harán llegar su aporte, otros hijos se volverán albañiles temporalmente. Patricio es solo, necesita ayuda en madera, en caña, en zinc, en clavos, una puerta, un sanitario, todo sirve.
La ayuda debe continuar, ahora de otra manera. Que no desmaye.


por: Arq. Víctor Hugo Torres


Artículo publicado originalmente en diario La Hora Ecuador Santo Domingo 09.05.2016


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